La obra de la artista Maricruz Arribas interpreta libremente los elementos peruanos en diversos contextos, combinando lo contemporáneo con lo precolombino, lo costeño con lo andino, lo tradicional con lo profano, la opacidad con la luz. El tótem se alza en una sensación de culto a la luz, como un monumento al primer rayo de sol que ilumina nuestro mundo.
Su base fría metálica y opaca contrasta con ese rayo de luz congelado que corona el monumento. La obra fue elaborada en fierro macizo con resina y se ubica en el Circuito Mágico del Agua del Parque de la Reserva, en Cercado de Lima.